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martes, 24 de enero de 2012

Cuando menos te lo esperas llega tu oportunidad

Octubre de 2010 fue el comienzo de lo que me está sucediendo ahora. Trabajaba como Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Mogán, en Gran Canaria. Mogán es un municipio precioso situado en el sur de la isla que recomiendo visitar al que no haya tenido la oportunidad de estar.

Tenía un empleo cómodo, rutinario y sin presión de ningún tipo, que apenas exigía de gran esfuerzo para llevar bien en el día a día. Además, por ser en una administración pública disponía de un muy buen horario y sueldo. En apariencia, un trabajo ideal.

Sin embargo, había algo en mí que no funcionaba desde hacía tiempo; la motivación. Había perdido las ganas y la ilusión por un trabajo que no me llenaba lo suficiente y en el que tenía la sensación de estar perdiendo el tiempo y desaprovechando unos años importantes en mi carrera profesional. Me preguntaba a mí mismo el porqué de lo que me estaba ocurriendo, pero era incapaz de encontrar una respuesta convincente. Mi desánimo era patente.

Octubre de 2010. Dejo de trabajar en el Ayuntamiento de Mogán. Las circunstancias son lo de menos. Lo  realmente importante fue la sensación de alivio y bienestar que recorría mi cuerpo. Era libre para decidir mi futuro y experimentar con nuevos desafíos profesionales.

Enero de 2011. Me traslado a Madrid con aires renovados y, por encima de todo, positivismo. Soy de los que cree que en la vida hay que ser consecuentes con las decisiones que uno toma. Si uno de cae, tiene que levantarse, no queda otra. Para bien o para mal, no he nacido para estar de brazos cruzados ni lamentándome.

Inicio un curso de Técnico en Community Management y Redes Sociales en Inesdi, en el que estoy formándome durante seis meses. Vuelvo a ver la luz y a sentirme motivado. Tengo más que comprobado que soy una persona que rindo cuando tengo buenos estímulos, y en Inesdi lo conseguí. Todo lo que me ocurrió en este centro fue maravilloso. Profesores, compañeros, dirección académica, a todos ellos les debo mucho y les estaré eternamente agradecido. Mención especial les dedico a mis compis. Es formidable el grupo humano que hemos conseguido. Que dure muchos años.



Junio de 2011. Llega el momento de comprobar las posibilidades laborales que tengo. En un entorno económico tan complejo y difícil como el que vivimos las expectativas no son lo más halagüeñas. Que no cunda el pánico, siempre hay luz al final del túnel.

Después de estar en varios procesos de selección durante algunos meses, me empiezo a dar cuenta que no va a resultar tarea sencilla. 

Septiembre de 2011. Me decido a empezar mi andadura por cuenta propia y comienzo a trabajar como Community Manager freelance. Al mismo tiempo rondan por mi cabeza varias ideas con visos de convertirse en proyectos. Es el germen de la startup Poolmania.

Enero de 2012. Poolmania recibe una llamada para presentar su proyecto en la 1º Convocatoria de la Aceleradora Social de Cink Emprende y resulta elegido entre los 10 ganadores.



En ese momento comprendí lo que sintió Will Smith en la película "En Busca de la Felicidad" cuando consiguió el trabajo que tanto ansiaba. No tiene precio.



Ha pasado poco más de un  año y me considero una persona feliz en mi trabajo. Nunca renuncié a mis sueños ni me conformé con lo que me vino dado. Me quedan muchísimas cosas que hacer, pero con la motivación que tengo ahora todo es posible.

Si te ronda una idea por la cabeza, materialízala en negocio. No esperes a que nadie te solucione la papeleta, porque tienes que ser tú mismo el que de el paso y el que afronte lo que le viene por delante.







  


miércoles, 11 de enero de 2012

¿Eres tú el del perfil de Twitter? Me parece que no...


Desde hace algún tiempo me están llegando insistentemente a mi cuenta personal de Twitter  y a las que gestiono profesionalmente  seguidores  de dudosa procedencia ¿Te ocurre a ti lo mismo?



El estereotipo suele ser una cuenta con una foto de perfil falsa que se descubre inmediatamente, escasa actividad en cuento a los tweets publicados (de 0 a 10 como máximo) y demasiados seguidores y seguidos para su escasa aportación de contenido a Twitter.





Estos “pantallazos” los he sacado sin indagar demasiado. Miedo me da ponerme a revisar con más detalle  en los perfiles que llevo  o en otras cuentas afines a mi faceta profesional. No sé  porqué, pero parece que ser Community Manager (o gestor de contenidos online) atrae a todo el spam y a personas que intentan aprovecharse de las redes sociales para sacar un rédito poco lícito.

Al ver todo esto, me surgió la pregunta inevitable ¿Qué beneficio pueden tener las personas o empresas que  lo hacen? Pues bien, a bote pronto se me ocurrieron dos;

1- Ponerlos al servicio de una determinada marca para expandir y viralizar sus mensajes publicitarios. Se lanza un tweet y todo el séquito de perfiles falsos se encargan de  hacer RT

2- Vender los perfiles falsos creados a compradores de seguidores en Twitter que aún siguen sin darse cuenta que no vale de nada gastarse dinero en este tipo de trapisondas (bien harían en gestionar su presencia en Social Media con contenidos interesantes)

No me queda duda que los precursores de este tipo de iniciativas tendrán más beneficios creando estos perfiles falsos, pero sinceramente ahora mismo no caigo. Si se te ocurren más, soy todo oídos.

¿Qué podemos hacer los usuarios de Twitter ante esto? Personalmente opino que no estamos obligados a no corresponderles con lo que buscan (que se les siga) y a reportarlos como spam. Supongo que será difícil para Twitter controlar este tipo de perfiles, pero bien haría en meterle mano para erradicarlos en la medida de lo posible.

¿Y las marcas? No estoy aquí para pedir comportamientos éticos y morales a nadie, pero flaco favor están haciendo a este maravilloso mundo 2.0 las empresas o individuos que están propagando este tipo de conductas.

Donde se agrupan las masas, siempre encontramos comportamientos que no son los más apropiados. Es ley de vida. Creo que nuestro deber moral es no alimentarlos.